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domingo, 23 de junio de 2013

No sé qué esperabas

          No sé qué esperabas. ¿Que él te diga algo lindo? ¿Que te hable de algo interesante? ¿Que te divierta? Si para eso no se encontraron, o quizá si. ¿Qué querías? Que te abraze y te acaricie el cabello diciéndote algún piropo bien armado? ¿Que te diga que te quiere? Si de verdad no lo siente. Sabías que los dos se utilizaban mutuamente. Una compañía no se niega cuando uno está tan solo, y lo sabés. Si por eso fuiste. Para que por un momento no te sintieras tan sola. 
           Lamento informarte que él solo quería verte para besarte de la forma que vos no querés, y para manosearte, cosa que creo que tampoco querías. Era obvio que para eso iban. Vos lo sabías, y lo esperabas quizás, pero tenías un poquito de esperanza de que no fuera así. Querías pasarla bien, reír autenticamente, no fingir una sonrisa falsa. Querías hablar, conocerlo y que te conozca, bromear, no sé, hacer algo más lindo que lo que hiciste. Te sentaste a charlar con extraño, porque tenés que aceptar que lo es no importa hace cuantos años lo conozcas. Hablaste de temas vacíos. Reíste de chistes que no te causaban gracia. Y luego, inevitablemente lo besaste esperando sentir algo que muy en el fondo sabías que no ibas a sentir. Fue un beso insípido y vacío, como lo era su relación. Él dijo: "la próxima podemos ir a mi casa". Y vos pensaste: "no va a haber una próxima vez". Y luego mientras se besaban, empezó a tocarte el pecho, y luego descendió su mano. Vos no sabías qué hacer, no sentías nada especial y tampoco te gustaba así que le sacaste la mano disimuladamente. No sabías qué decir. Preferías no decir nada a decir algo estúpido sin sentido. Y querías que se callase él, que no empezara a hablar de cosas que sinceramente no te importaban y lo más probable es que a esta altura tampoco lo recordarías. 
           Luego se separaron y mucho no se dijeron. Los dos tenían cosas que hacer. Y vos querías irte lo más rápido posible. Sentías una especie de repugnancia y decepción. Habías ido en busca de un poco de compañía y habías vuelto sin nada. La verdad, no sé qué esperabas. ¿Que te pida de una manera dulce y cariñosa un beso? Demasiado cursi para ser él. Sabías que todo lo que querías no iba a pasar. Pero sos una chica soñadora se podría decir. O quizá te ilusionaste pero no sé con qué. Nadie te había prometido corazones y flores, y sin embargo, como siempre, pensaste que quizá él era la excepción. Como lo pensás con todos los que conocés. Te comunico que no lo es. Es solo un infeliz más que quiso usarte. Y lo peor de todo es que lo logro. 
               Pero no te voy a retar por todo. Solo digo que una chica inteligente como sos vos, se daría cuenta a lo que se somete, y sabría dar un paso al costado cuando sabe que es un territorio peligroso. Pero así son las mujeres, caen en las trampas de aquellos hombres que quieren jugar con ellas. Y en cambio, a los otros hombres que serían geniales con vos, que te querrían incondicionalmente los ignorás. Eso, es una lástima. Tanto tiempo desperdiciado viendo cosas que querés pero que no necesitás y lo sabés. Pero el deseo vale más que la necesidad de llenar tu corazón. Y no quisiste ver lo que era real. Quisiste ver únicamente tu fantasía. Aquella que te ciega de la vida y de la gente. Y por eso estás como estás. Te distrajiste y perdiste el rumbo y la única culpable sos vos, porque lograste que sucediera. Y porque aunque no lo quieras aceptar o no lo hayas hecho adrede, vos provocás lo que te pasa. Cada uno es tan infeliz como cree que es.