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domingo, 20 de abril de 2014

Ausencia

Es quizá la falta de afecto lo que le molesta. O le duele. Es el desinterés que la gente le daba. Quizá ella ahuyentaba a las personas. O tal vez no prestaba demasiada atención a lo que pasaba a su alrededor.
La verdad era que Alicia estaba paralizada en un punto de su vida. Luego de recibir una muy triste noticia, se paralizó, quedó estancada en esa noticia y en ese momento. No comprendía bien lo que le pasaba, o lo que le iba a pasar. Estaba realmente aterrada de su presente, y no quería imaginar su futuro.
Cuando te dan la noticia de que vas a perder una parte de tu vida, una parte de tu corazón, es difícil digerirlo. Era como perder una de tus extremidades, o algún órgano vital que te impedía seguir con tu vida. Es complicado levantar cabeza y ser fuerte. Y Alicia no estaba lista para eso. No era fuerte, era una vulnerable chica que no podía aguantar un golpe más a su frágil corazón.
Pasaba sus días de forma monótona, no disfrutaba de las cosas que hacía, solo ejecutaba sus acciones sin pensarlas demasiado. No sentía ningún entusiasmo por nada, no tenía ambiciones que la hicieran superarse. Veía todo pero no miraba nada. Oía todo pero no escuchaba nada. Las imágenes pasaban delante de sus ojos como diapositivas en un video, con la única diferencia de que todo era negro. Las palabras pasaban de un oído al otro sin que ella prestara demasiada atención a lo que le decían. Dejo de hablar, no tenía nada para decir.
No tenía tampoco el apoyo de alguien. Se sentía completamente sola. Estaba dentro de una burbuja en la que aparentemente nadie podía entrar. Ella estaba confiada en que nadie quería entrar. Había intentado de muchas maneras acercarse a alguien para contarle lo que le sucedía, lo que la apenaba, pero no creía que alguien quisiera estar cerca de alguien con tantos problemas.
Quizá no confiaba mucho en la gente y por eso no se interesaban. O tal vez inconscientemente repelía a las personas.  No era una persona desagradable, solo era extremadamente reservada y quizá ese era su problema. La gente pensaba que era soberbia, aunque ella pensaba todo lo contrario. La gente prejuzgaba demasiado, y describían a las personas sin mucho fundamento.
Alicia era una chica normal. No era la típica adolescente, pero a su manera era normal. No compartía sus pensamientos con mucha gente. Era sociable y le era fácil hablar de temas triviales, o de evitar temas que no quería hablar. Era simple e inteligente. No dejaba que el resto vea las heridas y cicatrices que su corazón poseía. Pero creía que nadie realmente intentaba ver a través del disfraz que se ponía todos los días.
La verdad era que estaba perdida y estancada en el mismo sucio y frío agua de siempre. Pero últimamente sus penas crecían con más rápides, y todo le provocaba dolor. Quizá era porque vivía en una casa de dolor. Donde mirara donde mirara siempre encontraba algo que la hacía mal. Donde no podía evitar pensar en las cosas que la entristecían. Era siempre el mismo ambiente, uno de ausencia. La ausencia de algo. Algo estaba yéndose y quizá nunca iba a volver. Y eso era lo que más le dolía a Alicia. Vivir de esa manera con la incertidumbre de lo que iba a pasar, y que consecuencias tendría en ella.
Ella pensaba que no lo iba a poder superar, y quizá nunca lo vaya a lograr. Pero no estaba segura. No todo estaba perdido, pero sentía que una parte de su alma ya se había ido hace un tiempo. Creía que la marca que tenía nunca se iba a borrar de su mente y su corazón. Y era probable que nunca se fuera. Ella sabía que tenía que ser fuerte para su gente. Sabía que tenía que armarse de un plan para sobrevivir, pero era tan difícil. Sobretodo viendo como todo su entorno se derrumbaba.

El mundo seguía girando. La gente seguía viviendo. Pero ella nunca sería igual. Nunca vería las cosas de la misma manera. No tendría las mismas creencias. Y definitivamente no actuaría sin pensar una sola vez en cómo su papá lo haría si estuviese con ella.



Sé que estás cansada. 
Veo tus ojos llorar, otra vez.
Te veo caer, y caeré también, con vos.
Espérame.

Brilla como el río que te trajo.
Cariño, correremos lo más lejos de aquí.
Te amé tanto que me cuesta recordar,
cómo era la vida sin vos acá.

Tu corazón se rompe,
cuando no hay nadie alrededor para verlo.
Oh, no.
La vida te decepciona
que no me parece justo para nada.
Mi amor.

Brilla como el río que te trajo.
Cariño, correremos lo más lejos de aquí.
Te amé tanto que me cuesta recordar,
cómo era la vida sin vos acá.


Shine - Sam Palladio.