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sábado, 20 de septiembre de 2014

Mentira, te quiero.

              Lo odio. Odio su personalidad extravagante. Odio su manera de hablar, como si todo lo que dijese fuese gracioso. Y ese tonito que usa para seducirte. Odio su forma de caminar, como si se las supiera todas y se comiera el mundo, con la frente en alto, y un cartel invisible en el pecho que dice soy un ganador. Odio que que le vaya bien en lo que se propone. Odio su barba pinchuda. Odio sus malditos ojos verdes. Odio su forma de ser, como si no le importara nada ni nadie, como si no tuviera ataduras a nada y a nadie. Y es que en verdad no las tiene. Odio que sea siempre despreocupado por todo, su tranquilidad me irrita. 
              Lo odio hasta cuando se ríe. Odio su manera de escribir, me matan sus faltas de ortografía. Odio lo que hace y dice, y cómo lo hace y dice. Odio que conozca a medio mundo, y se lleve bien con todos ellos. Odio su desprendimiento hacia la gente y su falta de compromiso. Odio que me hable como si todo estuviera genial, como si nada nunca haya pasado y yo fuese cualquiera. Y es que probablemente lo soy. Odio odiarlo. Odio su manera de mirarme, de intimidarme, de hablarme. Te odio porque puedo y porque me hacés odiarte. Mentira no te odio, te quiero. 

17-09-2014

sábado, 30 de agosto de 2014

La tierra.

               Es una mañana tranquila, no se escucha ningún sonido salvo por el que las olas del mar emiten. Hay un sol espléndido. Casi nada ha cambiado. La tierra sigue girando, el sol sigue apareciendo. Las plantas siguen creciendo y el viento sigue volando. Lo único que cambió, fue la existencia de seres humanos. No hay más, se extinguió esa especie de ser vivo. No por catástrofes, no por alguna epidemia, simplemente por la enorme ambición y vanidad del hombre. Por ese hambre de poder que lo lleva a realizar cosas inimaginables que tienen consecuencias irreparables, y ellos se dieron cuenta tarde.
                El mundo no notará nuestra ausencia. Solo somos huéspedes que habitan en él por un corto plazo de tiempo, y para algunos mucho menos. El mundo estaría mejor sin humanos. Tal vez, dentro de millones de años nazca una nueva especie, capaz de habitar este enorme planeta y saber cuidarlo de la manera en que los seres humanos no pudimos.


Inspirado en la canción Love Dance del Cirque Du Soleil.

martes, 24 de junio de 2014

Vacío

Siento un vacío enorme dentro de mí. Siento que estoy perdida. Hace ya un tiempo que le dejé de dar sentido o significatividad a las cosas. Todo me da igual. Pero sé que quiero un cambio. Y cuando estoy por conseguir uno me acobardo, me asusto. Me cuesta creerlo pero me di cuenta que le tengo miedo a tantas cosas. A prácticamente todo. A la vida. Al amor. A la muerte. Cualquier cosa me asusta, quiero intentar cambiarlo pero no me sale o no me esfuerzo lo suficiente.
La verdad es que soy débil. Y no es una justificación, pero lo es. Me siento frágil, como que cada palabra que me dicen me rompe, y es que hace rato que estoy rota. Y me sorprende haberme dado cuenta cuando otro lo dijo por mí. 
Es que veo todo tan efímero, tan finito. La vida pasa delante de mis ojos y no la veo. El tiempo se desliza de mis manos como arena y no logro rescatar nada. Los días pasan sin cesar, sin que signifiquen nada en absoluto. Y es que como ya dije pocas cosas considero con sentido. ¿Nunca les pasó estar en una situación o en un momento dado en el que sentís que estás pero no estás? Estoy en todos lados y a la vez en ninguno. Mi cuerpo está presente y mi mente está perdida. Mi cerebro se cuelga, y sé que debería hacer algo para remediarlo, pero no encuentro una salida. Sé que debería ser más fuerte, para mí y para los que me necesitan, pero nunca lo fui y me cuesta intentar serlo.

domingo, 20 de abril de 2014

Ausencia

Es quizá la falta de afecto lo que le molesta. O le duele. Es el desinterés que la gente le daba. Quizá ella ahuyentaba a las personas. O tal vez no prestaba demasiada atención a lo que pasaba a su alrededor.
La verdad era que Alicia estaba paralizada en un punto de su vida. Luego de recibir una muy triste noticia, se paralizó, quedó estancada en esa noticia y en ese momento. No comprendía bien lo que le pasaba, o lo que le iba a pasar. Estaba realmente aterrada de su presente, y no quería imaginar su futuro.
Cuando te dan la noticia de que vas a perder una parte de tu vida, una parte de tu corazón, es difícil digerirlo. Era como perder una de tus extremidades, o algún órgano vital que te impedía seguir con tu vida. Es complicado levantar cabeza y ser fuerte. Y Alicia no estaba lista para eso. No era fuerte, era una vulnerable chica que no podía aguantar un golpe más a su frágil corazón.
Pasaba sus días de forma monótona, no disfrutaba de las cosas que hacía, solo ejecutaba sus acciones sin pensarlas demasiado. No sentía ningún entusiasmo por nada, no tenía ambiciones que la hicieran superarse. Veía todo pero no miraba nada. Oía todo pero no escuchaba nada. Las imágenes pasaban delante de sus ojos como diapositivas en un video, con la única diferencia de que todo era negro. Las palabras pasaban de un oído al otro sin que ella prestara demasiada atención a lo que le decían. Dejo de hablar, no tenía nada para decir.
No tenía tampoco el apoyo de alguien. Se sentía completamente sola. Estaba dentro de una burbuja en la que aparentemente nadie podía entrar. Ella estaba confiada en que nadie quería entrar. Había intentado de muchas maneras acercarse a alguien para contarle lo que le sucedía, lo que la apenaba, pero no creía que alguien quisiera estar cerca de alguien con tantos problemas.
Quizá no confiaba mucho en la gente y por eso no se interesaban. O tal vez inconscientemente repelía a las personas.  No era una persona desagradable, solo era extremadamente reservada y quizá ese era su problema. La gente pensaba que era soberbia, aunque ella pensaba todo lo contrario. La gente prejuzgaba demasiado, y describían a las personas sin mucho fundamento.
Alicia era una chica normal. No era la típica adolescente, pero a su manera era normal. No compartía sus pensamientos con mucha gente. Era sociable y le era fácil hablar de temas triviales, o de evitar temas que no quería hablar. Era simple e inteligente. No dejaba que el resto vea las heridas y cicatrices que su corazón poseía. Pero creía que nadie realmente intentaba ver a través del disfraz que se ponía todos los días.
La verdad era que estaba perdida y estancada en el mismo sucio y frío agua de siempre. Pero últimamente sus penas crecían con más rápides, y todo le provocaba dolor. Quizá era porque vivía en una casa de dolor. Donde mirara donde mirara siempre encontraba algo que la hacía mal. Donde no podía evitar pensar en las cosas que la entristecían. Era siempre el mismo ambiente, uno de ausencia. La ausencia de algo. Algo estaba yéndose y quizá nunca iba a volver. Y eso era lo que más le dolía a Alicia. Vivir de esa manera con la incertidumbre de lo que iba a pasar, y que consecuencias tendría en ella.
Ella pensaba que no lo iba a poder superar, y quizá nunca lo vaya a lograr. Pero no estaba segura. No todo estaba perdido, pero sentía que una parte de su alma ya se había ido hace un tiempo. Creía que la marca que tenía nunca se iba a borrar de su mente y su corazón. Y era probable que nunca se fuera. Ella sabía que tenía que ser fuerte para su gente. Sabía que tenía que armarse de un plan para sobrevivir, pero era tan difícil. Sobretodo viendo como todo su entorno se derrumbaba.

El mundo seguía girando. La gente seguía viviendo. Pero ella nunca sería igual. Nunca vería las cosas de la misma manera. No tendría las mismas creencias. Y definitivamente no actuaría sin pensar una sola vez en cómo su papá lo haría si estuviese con ella.



Sé que estás cansada. 
Veo tus ojos llorar, otra vez.
Te veo caer, y caeré también, con vos.
Espérame.

Brilla como el río que te trajo.
Cariño, correremos lo más lejos de aquí.
Te amé tanto que me cuesta recordar,
cómo era la vida sin vos acá.

Tu corazón se rompe,
cuando no hay nadie alrededor para verlo.
Oh, no.
La vida te decepciona
que no me parece justo para nada.
Mi amor.

Brilla como el río que te trajo.
Cariño, correremos lo más lejos de aquí.
Te amé tanto que me cuesta recordar,
cómo era la vida sin vos acá.


Shine - Sam Palladio.

domingo, 19 de enero de 2014

La Mirada

La forma en la que me miraba. Era tan, a ver ¿cómo decirlo? Tan especial. Tan linda. Me miraba como si me conociera completamente. Como si pudiera leer en mis ojos todo lo que me pasaba y al mismo tiempo decirme que me entendía y me quería igual. Y yo estaba completamente embobada con esos ojos. Lindos ojos marrones. Mejor dicho con ese rostro. Había veces que no me podía contener. Es que era demasiado bonito. Me distraía de cualquier pensamiento lógico. Y a la vez me traía a un solo pensamiento, no estábamos juntos, no le gustaba.

 Hay veces que pienso que soñar es perjudicial para la mente. Pero sé que lo pasé bien en ese sueño. Sé que me desperté contenta de haberte soñado, y desesperada por tratar de recordar hasta lo más mínimo de lo que me había permitido imaginar. Pero no se puede vivir de los sueños. No señor. Aunque eso no me quita el deseo de que él me viera como me vio en ese sueño. Que me mirara realmente. Pero no es así, y lo tengo que aceptar, aunque eso me tome un tiempo y unas cuantas lágrimas.